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Casa del Ochavo

Esta casa es de 1 piso y en su actualidad cuenta con 2 patios. Perteneció a Don Carlos Rodríguez, quien se la heredó a su hijo Manuel, quien en 1797 la vendió a Don Francisco Baeza.

El parecido de nombres con el "Guerrillero" dio origen al mito que esta casa era de dicho personaje histórico.

Esta casa tiene la esquina ochavada, ya que los coches con caballos de aquella época, al doblar, no pasaban a llevar los muros de adobe.

Distintos integrantes de la familia Baeza fueron los propietarios que habitaron dicha casa por mucho tiempo.

La Municipalidad de Rancagua la adquirió entre los años 1967 - 1968, a la sucesión de la Señora Cristina Yuraszeck, la última propietaria que nunca instaló luz eléctrica y la mantuvo amueblada como en la época colonial. Cuando la Municipalidad compró la propiedad, fue restaurada y la destinó en 1970 a ser Museo de Rancagua.

Cuando ya funcionaba como museo en 1978, se fueron ambientando las colecciones en todas las habitaciones.

En la década de los 90, se construyó el segundo patio de dicha casa, siguiendo su forma original.

La obra estuvo a cargo de Fernando Gutiérrez.

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